C
el maquiavélico mini-hombre
Cusalo, o C para los amigos (se pronuncia ‘CU’), es un individuo de tamaño de bosillo pero peligrosamente eficiente. A simple vista parece inofensivo, casi entrañable, pero lo cierto es que C es una mente maquinando 24/7, afilada por años de agravios por su estatura y por su sueño secreto: la dominación mundial.
Su plato favorito es el arroz a la cubana, no por falta de paladar, sino porque para C, menos es más. Con tomate, huevo y plátano frito, C te construye un imperio.
C olvida, pero no perdona. Guarda agravios como quien colecciona estampitas, esperando el momento exacto para devolvértelo con intereses. Vive desconectado del mundo moderno, como un monje medieval con Wi-Fi, y cree que TikTok y el Anime es una prueba de que el mundo merece caer.
En resumen: C no grita, susurra. No ataca, planea. No folla, se masturba. Y cuando te des cuenta, ya es demasiado tarde. La máquina de la lógica. Si hay una forma óptima de hacer algo, la encontrará, la criticará y luego te dirá que eres un inútil por no haberlo visto antes.
U
la voz de la Razón (y la Pachamama)
U, pronunciado «/u/», es el más pachamamesco del grupo por decisión popular, aunque esto no signifique que sea un hippie de pura cepa, sino simplemente el menos comercial de todos. Del mismo modo, es, por goleada, el que tiene mejor memoria —solo porque C y J son unos peces y tienen la capacidad de concentracion de una ameba con Alzheimer. U aprovecha esto a su favor, para burlarse de los cumstadísticos cuando repiten un meme en el grupo o no recuerdan algo que claramente ha pasado.
Le gusta lo atípico, y condena fervorosamente lo “comercial” como indigno de toda atención, repudiando desde la sombra a aquellos que lo disfrutan, mientras se bebe una Kombucha viendo Stalker, de Tarkovsky. Es un escritor en proceso de ser publicado, con la célebre novela «Quimeras de un Crimen» bajo su abanico —que ya ha sido leída por más de ocho personas en todo el mundo, con críticas muy buenas—, y algunas más en desarrollo a muy buen ritmo.
Si has hecho, haces, o harás algo que U considere bajo, indigno, malo, humillante, perezoso, dudoso, reprochable o indiscreto, etcétera, ten por seguro que te va a criticar ladinamente. A ti no te dirá nada, pero a tus espaldas te pondrá a parir. Además, U perdona, que no olvida, así que se va a acordar de lo que has hecho mucho después de que tú lo hayas olvidado ya.
Su sueño es apartarse de toda sociedad y vivir una vida de asceta con un huerto, gallinas y dos perros a los que llamará Ortega y Gasset. Es fan de la filosofía, aunque desdeñe a los filósofos; no soporta que la gente no capitalice la «D» en «Dios», aun siendo ateo; y aboga por un mundo donde todo el mundo mee sentado (dice, con toda razón, que es muchísimo mejor para la próstata, y además no hace ruido). Sus opiniones totalmente fundadas pero amargas para el hombre de a pie le ganan los reproches y los abucheos de los cumstadísticos, pero no por eso desiste en su deber de hacer saber la verdad.
J
el Maestro y Señor de las Galletas Dinoaurus y las picsas prosiuto
Maestro de las palabras y diplomático de Cumstadística. Puede venderte cualquier idea con tal de que suene razonable, aunque sea una estafa piramidal.
J es el equilibrio perfecto entre inteligencia y carisma. Si C es la lógica pura, J es la comunicación encarnada. Sabe cómo hablar con la gente, cómo caer bien y cómo salir de cualquier situación con una mezcla de ingenio y labia. Antes era un nerd solitario, pero Belmez lo transformó en un hombre del pueblo, un tipo capaz de conectar con cualquiera. Su debilidad: el Sputnik (vodka con cerveza), las galletas Dinosaurus y su fidelidad ciega a la pizza prosciutto. En lo académico, J tiene la extraña habilidad de absorber conocimientos sin parecer que estudia, lo que le ha valido el respeto (y la envidia) de sus compañeros. También es un firme defensor del derecho a ligar en cualquier circunstancia, porque “el que perdona, murió en la cruz” y “ninguna mujer es fea por donde se mea” son principios fundamentales en su doctrina.
Personajes Secundarios
El Loco de Fortnite
Nadie sabe de dónde vino ni por qué grita “¡FORTNITE!” en los momentos más inoportunos, pero ahí está, en las sombras, esperando su oportunidad para sembrar el caos. Hay teorías que sugieren que es un viajero del tiempo atrapado en un bucle eterno de partidas en solitario, condenado a recordar la Temporada 2 del Capítulo 1 como la mejor época de la humanidad. Otros dicen que fue un ingeniero brillante que, tras una mala decisión en la bolsa de las criptomonedas, perdió todo y se convirtió en un ser errante. Lo único seguro es que, cuando menos te lo esperas, aparece… y grita… y luego desaparece, dejando un leve eco de desesperación en el aire.
Sesa
Sesa es un enigma en sí mismo: un nini con ambición selectiva, un estratega en el League of Legends que rara vez acierta una skillshot, y un hombre que ha hecho del “mañana lo hago” su lema de vida. Para él, la procrastinación es un arte, y el Excel solo existe para hacer que ChatGPT le haga los deberes. Su mayor hazaña hasta ahora ha sido sobrevivir a las embestidas verbales de C, quien ha intentado convertirlo en una persona funcional con más insistencia que un testigo de Jehová en tu puerta. A pesar de todo, tiene su encanto y siempre está dispuesto a salir de fiesta, aunque eso implique endeudarse con tragos que alguien más acaba pagando.
Gurb
Nadie sabe realmente quién es Gurb ni por qué está aquí. Se dice que una vez intentó integrarse en la sociedad humana, pero al descubrir la existencia del Excel y las horas de oficina, decidió mantenerse en un plano de existencia intermedio. Gurb es un ser místico, una entidad errante que observa los errores de los demás con una mezcla de compasión y burla silenciosa. Solo aparece cuando la trama lo requiere, como un Deus Ex Machina que soluciona problemas sin que nadie entienda cómo. Es el verdadero espíritu de la Cumstadística: una presencia inefable que deja más preguntas que respuestas.
Calvo Cuñao
Calvo Cuñao es la prueba de que la falta de pelo no está relacionada con la falta de opiniones. Este hombre es una fuente inagotable de verdades absolutas, datos de dudosa procedencia y teorías infalibles que se desmoronan con el más mínimo análisis. Lo puedes encontrar en la barra de cualquier bar, con una caña en la mano y una postura de superioridad adquirida tras años de debatir sin pruebas pero con mucha seguridad. Su conocimiento abarca desde el cambio climático (“eso son chorradas, antes hacía más calor”) hasta economía global (“los bancos siempre ganan, pero yo sé cómo joderlos”). Se niega a usar protector solar porque ‘es cosa de modernos’ y cree firmemente en que cualquier problema se soluciona con ‘un par de hostias bien dadas’. Pese a todo, hay algo reconfortante en su presencia: no importa qué tema saques, él siempre tiene una opinión, y nunca, nunca dudará de que tiene razón.
Personaje secundario. Tío de J
Hizo bonding con C (le enseñó a pescar)
Enjuto Mojamuto
Enjuto es la representación viva del individuo cuya existencia depende de la estabilidad del WiFi. Su hábitat natural es una habitación oscura, iluminada únicamente por el resplandor de tres monitores y el zumbido de un PC con más RGB que potencia real. No sale mucho de casa, pero lo compensa con su conocimiento enciclopédico de foros oscuros y su habilidad para detectar cuándo alguien está equivocado en internet (y hacérselo saber con una actitud pasivo-agresiva). Se dice que una vez intentó salir a la calle, pero la realidad tenía menos FPS de los que esperaba y decidió volver. Su frase de guerra es: “Me está dando lag” en cualquier contexto, incluso cuando no tiene sentido.
