Facto diario número 99.

Querido cumstatero, si no sabes quién es NENA, cierra telegrama y vete a comprar cultura a granel, que no somos una ONG para la ignorancia. NENA, esa musa alemana que cantó 99 Luftballons, no es solo la voz de una generación, es la prueba viviente de que los 80 fueron un experimento científico que salió regulero, pero nos dejó temazos.

El nombre de esta diva no salió de una máquina tragaperras, aunque lo parezca. Resulta que de niña, en un viaje a España, alguien la llamó “nena”. Sí, como a tu prima del pueblo cuando la piden en el bar: “¡Nena, ponme otra caña!”. Pero claro, Gabriela Susanne Kerner, que es como se llama realmente, lo convirtió en su identidad artística, porque decir “Soy NENA” tiene más caché que “Soy Gabi” o “Soy la Susi”. A lo tonto, el mote se hizo más famoso que las piñas en el Mercadona.

Su éxito mundial con 99 Luftballons habla de globos y guerra, en referencia a la Guerra Fría y esas mierdas. La canción nos recuerda que, aunque lances globos al aire, siempre habrá alguien dispuesto a joderte la fiesta. ¿Es poesía? ¿Es un mensaje político? Qué más da, chaval, si lo petó más que tu cuñado en Nochevieja con el karaoke.

Así que ya sabes: NENA no solo es un icono, también demuestra que con un nombre español cualquiera puede llegar al estrellato… menos tú. Aplícate el cuento, campeón.